Materia Gris

Materia Gris es un centro cultural creado en 2014 por la curadora y productora de arte boliviana María Teresa Matecha Rojas en La Paz.

Con sede en el hostel Casa Matony, que alberga el estudio fotográfico y el archivo histórico del famoso fotógrafo Tony Suárez, el proyecto se dedica a la investigación, exploración, producción y desarrollo de las artes contemporáneas en Bolivia. El espacio organiza numerosas actividades culturales como exposiciones, charlas de artistas, sesiones de arte callejero en su fachada, talleres, así como eventos sociales, especialmente desde 2019 gracias a una colaboración con el Movimiento por la Paz, una asociación que trabaja con los derechos humanos, la soberanía democrática, la igualdad y la solidaridad. Trabajando activamente en formas de colaboración, el proyecto también ha construido una fuerte red de instituciones, centros culturales, galerías y actores culturales en América Latina y en el extranjero.

Además, Matria Gris, en colaboración con la Casa Matony, organiza un programa de residencias internacionales que acoge a artistas y curadores de todo el mundo. La iniciativa nace de la voluntad de la fundadora de invitar a curadores internacionales para que experimenten y estimulen el contexto político, social, estético y espiritual del país, con el fin de fortalecer la escena cultural nacional.

"Empecé a invitar a estos curadores latinoamericanos y europeos a venir a La Paz, ver la ciudad y reflexionar sobre las posibilidades. {...} Luego, poco a poco, me di cuenta de que ahora había que invitar a los artistas, y así juntamos a estos dos grupos, y nació la residencia como un estado de experimentación", explica María Teresa Matecha Rojas. 

El programa es una invitación a trabajar en proyectos personales o colectivos, pero siempre en contacto con artistas bolivianos para participar en un intercambio cultural que beneficie tanto al visitante como a la escena artística local.

"Ya no era tan importante generar una base intelectual o teórica {...} porque ésta iba a salir de la experiencia de cada artista {...}. Porque, si bien el artista boliviano necesitaba ese espacio de reflexión sobre su propio contexto y visibilidad en la residencia, que era lo más importante, el extranjero que viniera podría tener un acercamiento a la cultura, y de esa manera, servir de proyección para el artista boliviano", confiesa la fundadora de la residencia. 

Los artistas serán alojados en habitaciones privadas o compartidas, por periodos de estancia que varían de tres a cuatro semanas, y recibirán alimentación diaria. Además, podrán recibir una beca o un estipendio, dependiendo de la naturaleza del proyecto de cada artista o de los programas de residencia. Los artistas participantes serán presentados a los actores culturales y artísticos locales, y tendrán la oportunidad de ofrecer talleres remunerados para financiar una parte de su estancia. Además, organizarán charlas, conferencias, encuentros y una presentación final en la galería del espacio para compartir los procesos o resultados de sus investigaciones.

"Me parece una buena residencia porque es un espacio en el que, a través de su directora, puedes conocer bien la escena local. Ella te vincula con mucha gente, no sólo artistas sino también gestores, directores de museos, no sólo de La Paz, sino también de otras ciudades de Bolivia. {...} Este intercambio permite esto, que los artistas locales, con los artistas internacionales se encuentren y se den cuenta que no importa si estás trabajando en La Paz o desde Nueva York, llega un momento en que tus intereses son los mismos. Entonces, muchos artistas se encuentran con artistas bolivianos y ahí surge un diálogo, más allá de la producción. Creo que es lo enriquecedor de la experiencia", confiesa Felipe Cura, artista residente en Materia Gris.